Rezos
Antes de apagar la luz para dormirnos, desde la cama, mi madre me hacía rezar. Una gruesa cortina de tela color terracota separaba las dos habitaciones y yo escuchaba su voz y ella también la mía. No recuerdo si pedíamos a Santa Rita o a Santa Mónica por nuestras desventuras y enfermedades pero estoy seguro que, antes del final del rezo, enumerábamos los nombres de abuelos y tíos que habían muerto para que también nos ayudaran. Con el tiempo, la lista se fue agrandando. La eficacia de las invocaciones, parecía disminuir. Cada vez es más difícil, ya no se puede creer en nada, repetía mi madre…
Pedidos
Mamá está grande y no puede. Esa era la respuesta que obtenía cada vez que insistía con mi demanda. No había caso. No me concedían ese capricho. Yo no pretendía más que jugar, hablar, incluso pelearme con alguien diferente a mis reconocidos amigos imaginarios. Apenas quería un hermano. Y que me lo trajeran para el niño Dios.
Antes de apagar la luz para dormirnos, desde la cama, mi madre me hacía rezar. Una gruesa cortina de tela color terracota separaba las dos habitaciones y yo escuchaba su voz y ella también la mía. No recuerdo si pedíamos a Santa Rita o a Santa Mónica por nuestras desventuras y enfermedades pero estoy seguro que, antes del final del rezo, enumerábamos los nombres de abuelos y tíos que habían muerto para que también nos ayudaran. Con el tiempo, la lista se fue agrandando. La eficacia de las invocaciones, parecía disminuir. Cada vez es más difícil, ya no se puede creer en nada, repetía mi madre…
Pedidos
Mamá está grande y no puede. Esa era la respuesta que obtenía cada vez que insistía con mi demanda. No había caso. No me concedían ese capricho. Yo no pretendía más que jugar, hablar, incluso pelearme con alguien diferente a mis reconocidos amigos imaginarios. Apenas quería un hermano. Y que me lo trajeran para el niño Dios.
2 comentarios:
Excelente Robert. Perlitas de ese tiempo detenido en la ilusión (que es inmortal, dijera Borges, o la promesa, que vendría a ser el caso), o esa esperanza propia de la infancia,que nos es tan cara y grata. Abrazo!
es tal cual
gracias Patricio!!!
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