Atardecer patagónico - Muelle de Río Gallegos |
Nubes blancas se deslizan en el cielo como si una eterna maldición las empujara hacia ninguna parte.
El tiempo avanza implacable, el sol gira, alumbra mis ojos.
La calma que entra por la ventana dibuja una figura, una piel de sombra, tal vez una extraña silueta de ausencia.
Me pregunto si la reconozco, si volverá con el viento, con la lluvia.
Descubro con lentitud que esto no será todo, que nuevas señales se desnudarán junto al atardecer y entonces, a contraluz, sonrío.
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