Estoy acostumbrado a acostumbrarme / con el insignificante sentido de las palabras / y no sé si el hombre le dio horas al tiempo / o el tiempo horas al hombre. Estoy libre en mis prisiones / calma siniestra por escapar / y no sé si los dioses crearon / el mundo para los hombres / o los hombres el mundo para los dioses / Estoy viviendo mi muerte / tácito pasillo que aborrece de oscuridad / y no sé si soy yo quien intenta escribir / o escribe quien intenta ser yo. "Hombre" de Fabricio Simeoni

11 de abril de 2008

Sonrisas en un bar (texto breve)

Estoy sentado en un bar. Leo. De vez en cuando mis ojos se despegan de las páginas para mirar un par de rostros que me observan sin disimulo alguno desde otra mesa. Se ríen. Intuyo, sin esforzarme demasiado, que lo hacen de mí. Desvío la atención hacia los costados acaso para restarles importancia mientras pienso qué hacer y concluyo que no hay mucho en ese sentido.

Decido sonreírles.

Suponen que soy amable, o algo tonto, o quizás ambas cosas a la vez, quién sabe; lo cierto es que han conseguido distraerme lo suficiente como para no proseguir con la lectura. No es el único impedimento ya que tampoco logro explicarme razonablemente los motivos de mi sonrisa. Reconozco, sí, una sensación recíproca que me ha invadido desde hace unos segundos contagiándome: tan ignorantes de mi intimidad como yo de la de ellos, me sorprendo riéndome de sus risas y eso - reírme de los demás - es una reacción infrecuente en mí. En estas circunstancias sólo podría catalogarla como un urbano acto reflejo de mutua estupidez.

El resto de la gente que nos rodea, ajena y ensismismada, continúa tomando su café con la misma indiferencia de apenas diez minutos atrás…

No hay comentarios.: