Estoy acostumbrado a acostumbrarme / con el insignificante sentido de las palabras / y no sé si el hombre le dio horas al tiempo / o el tiempo horas al hombre. Estoy libre en mis prisiones / calma siniestra por escapar / y no sé si los dioses crearon / el mundo para los hombres / o los hombres el mundo para los dioses / Estoy viviendo mi muerte / tácito pasillo que aborrece de oscuridad / y no sé si soy yo quien intenta escribir / o escribe quien intenta ser yo. "Hombre" de Fabricio Simeoni

15 de agosto de 2008

RIBERA

El viejo embarcadero se sacude
sus postes rotos parecen temblar
y el revuelo de unos patos
es anuncio de migajas flotantes

no se oyen demasiados ruidos
salvo rumores de aguas inquietas
oscilando entre deshechos

un carguero de bandera chipriota
navega por el canal mayor
y su proa recorta el fondeadero
siguiendo la correntada

en despedida, la silueta de óxido gris
se desvanece detrás del timón
rumbo a un único destino conocido:
el mar abierto que lo aguarda río abajo

igual que yo en esta fría mañana
deberá enfrentarse a esa inmensidad
sin compañía

2 comentarios:

Anónimo dijo...

muy bueno, roberto, me gusta mucho el remate del poema, me sorprendió.
P.D.: falta menos para que las mañanas comiencen a ser un poco más cálidas (al menos eso espero).

Lupus dijo...

gracias Paula
imagino tu sensibilidad en las mañanas y, es verdad, falta menos
un abrazo