La frontera divisoria estaba siempre borrosa y sólo debía elegirse el lugar apropiado.
No había muchos escondites ni demasiados secretos: tan sólo disfraces para aquellos desafíos que se dirimían en pocos minutos.
Los buenos contra los malos, nada más que eso.
Después, como una marca invisible, la edad nos fue desmintiendo a todos.
2 comentarios:
Qué lindo!
gracias Lau!!
qué bueno que me sigas leyendo!!
un besote
Publicar un comentario