Remolcador Enrique - Muelle de Yacimientos Carboníferos Fiscales Río Gallegos - Santa Cruz |
Sobre las piedras, el casco de un viejo barco es testigo de la desnudez del paraje, de la invasión de recuerdos que alimenta mi memoria.
Todo asoma lejano en estas latitudes, y hasta el mundo se refleja a una distancia tan perceptible que estremece.
Inmóvil, del otro lado de la ría, el paisaje destella en fragmentos su más profunda monotonía: aridez, frío, gaviotas, apenas un tenue sol dibuja las horas que restan hasta la irrupción de la noche en el centro de la escena.
Mientras tanto, el tono de un gris persistente consume el tiempo y la historia de esta tierra de arbustos amarillentos, casas bajas, gente silenciosa.
Sólo parece haber lugar para que sobreviva el viento con su inhóspita belleza, acaso el mismo que muestra una esquiva silueta de mujer disimulada en su agonía.
Sólo parece haber lugar para que sobreviva el viento con su inhóspita belleza, acaso el mismo que muestra una esquiva silueta de mujer disimulada en su agonía.
Lo pienso, lo digo en voz baja como queriendo convertir esa imagen en una presencia, en una certeza inapelable.
Y es apenas un suspiro, un bocado de extraño sabor comprender que no lo consigo.
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