(el Dios de Patricio)
Un niño
engendró
el infinito
y olvidó
el universo
jugando
con el pétalo
de una rosa
hasta enceguecer
su inválido asombro
amó el rojo
y el perfume
a los hombres nos dejó
la disparatada diversidad
la profusión de luces y sombras
y la confusión de mirar
Un niño
engendró
el infinito
y olvidó
el universo
jugando
con el pétalo
de una rosa
hasta enceguecer
su inválido asombro
amó el rojo
y el perfume
a los hombres nos dejó
la disparatada diversidad
la profusión de luces y sombras
y la confusión de mirar
(el Dios de Lupus)
¿acaso Dios engendra?
¿infinita el universo?
¿el misterio y la certeza?
¿cuáles son sus sombras?
¿y sus asombros?
¿será Dios una cara?
¿la justa medida?
¿las pesadillas?
¿cómo será ser Dios?
Un ejercicio que escribimos con Patricio Valverde para el ciclo La Chamuyera
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