
Hasta que en cualquier instante sucede. Un raro veneno blanco, una disposición ligeramente oblicua del mar o un balcón vacío y abierto a la noche como la misteriosa boca de un espanto, desata una secuencia de palabras fatales, sordas o interferidas por el ruido, palabras de esas que alteran los imanes, las radiaciones, los significados, y allí descubrimos - esto apenas lo intuimos - que por fin nos hemos perdido.
Pero supongamos también la inmensidad de esos mismos momentos, esa misma levedad sobre los rastros de aquella arena ardiente y que el vértigo de una ola similar - no me animaría a decir idéntica - a la que inició este viaje nos vulnere, nos abandone, nos arroje a sólo siete precisos segundos de la gracia para luego cesar su recorrido.
Supongamos entonces, que alguien nos ha robado la felicidad.
Solamente supongamos.
Es una hipótesis.
Texto de Patricio Valverde con arreglos y colaboraciones sumadas por Lupus.
Un nuevo ejercicio de una parte del Tándem.
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