Húmeda y carnosa
la llovizna puede olerse
en los rincones
en cada contorno que la mano
sostiene con los dedos;
impúdicas
las horas se acarician en el reloj
cuando el tiempo se desnuda
en una esquina;
infinita
la distancia silencia lo indecible
mientras el viento me eleva
me transporta;
húmeda y carnosa
la llovizna es el mejor antifaz
para otra tarde gris
deshojada al pasar
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